Nota: Material gráfico disponible en nuestra web de prensa (Fotografías Volkswagen Vehículos Comerciales – Historia – 60 años del «Bully»).
I. Volkswagen celebra los » 60 años de Bully» del 5 al 7 de octubre en Hanover
Volkswagen Vehículos Comerciales celebra los 60 años del Bully. Fue en 1947 cuando Ben Pon, importador holandés de vehículos Volkswagen, descubrió en la fábrica de Wolfsburg un vehículo que habían construido los propios empleados para poder transportar planchas pesadas. Se trataba del «Plattenwagen». Poco después, y a partir de este vehículo surgió un primer croquis y con este, la idea del «Bully». En poco tiempo este vehículo revolucionaría el mundo del automóvil, se convertiría en motor de la economía, en el vehículo de la generación del «flower power«, en un vehículo especialmente orientado al ocio, y a la vez en una espaciosa limusina. Esta historia sin igual es el pretexto para que Volkswagen Vehículos Comerciales organice el encuentro internacional de furgonetas VW, el «VW-Bus-Treffen», que se celebrará en los espacios de la feria de Hanover del 5 al 7 de octubre.
Esta es la primera vez que Volkswagen Vehículos Comerciales convoca a un encuentro de este tipo. Cientos de extraordinarios VW Bullys históricos viajarán hasta Hanover para asistir a este acto de tres días. En la Hermesplatz, frente al salón 27 del recinto ferial, siete años después de la EXPO 2000 volverá a respirarse un ambiente similar al de la exposición universal, con invitados de diferentes países del mundo, un programa de espectáculos y entretenimiento y proyecciones de cine al aire libre.
«Prácticamente no hay ningún otro vehículo vinculado a tantas emociones como el VW Bully. Desde sus inicios, es símbolo de escapadas, éxito económico, independencia, y también diversión y viajes. Es simpático, fiable y un verdadero vehículo de culto. Queremos unirnos a este heredero incomparable de nuestra marca con el encuentro internacional de furgonetas y campers VW («VW-Bus-Treffen») y queremos hacer renacer con más fuerza el concepto del Bully en el futuro», explica Stephan Schaller, portavoz del Consejo de Dirección de la división de vehículos comerciales de Volkswagen.
Los conductores de Bullys dispondrán de un total de 108.000 metros cuadrados de superficie de aparcamiento para exponer sus vehículos del 5 al 7 de octubre. Paseando por las diferentes hileras de vehículos, los visitantes podrán admirar modelos históricos restaurados, como el T1, T2, T3 y T4, así como productos actuales y, si lo desean, hablar con sus propietarios.
VW Bullys históricos viajarán en convoy hasta el recinto ferial
En una superficie adicional de más de 18.000 metros en la Hermesplatz se ha previsto una exposición en la que los invitados pueden retroceder 60 años con el VW Bully y ver los modelos que circulaban por las carreteras en cada década. En zonas especialmente acondicionadas, las familias podrán acampar con sus microbuses VW, habrá stands de diferentes clubs de Bully y un mercado de piezas de repuesto.
El pistoletazo de salida será el viernes 5 de octubre. Ese día, un convoy de Bullys históricos recorrerá el trayecto desde la fábrica de vehículos comerciales de Volkswagen hasta el recinto ferial.
Allí se ha previsto una sesión de cine al aire libre con películas en las que el microbús VW tiene un papel principal. «Little Miss Sunshine», una agradable y conocida road movie familiar americana, será la película principal. Porque aparte de estrellas de la música y del espectáculo, hay también muchos directores de cine internacionales que son fans de estas furgonetas de culto.
El sábado 6 de octubre, durante el día, se realizará la concesión de premios a modelos históricos de las categorías «T1, T2 y T3 más antiguo», «T1 a T5 más bonito», «T1, T2 y T3 más original», «viajes más largos» y «pimp my Bully». Los invitados podrán ver los Bullys VW históricas más bonitas y extraordinarias del mundo, y podrán conocer de la mano de sus propietarios por qué aman tanto a este vehículo. Los ganadores conseguirán premios muy exclusivos, como por ejemplo visitas a la fábrica y viajes relacionados con el Bully.
Uno de los puntos álgidos del encuentro internacional «VW-Bus-Treffen» será el espectáculo del sábado. Dado que el Bully VW no se puede separar de la historia de la música, y tanto antes como ahora la utilizan célebres estrellas en todo el mundo cuando están de gira, la música también será un tema importante durante el encuentro.
Banda internacional y músicos regionales en el concierto al aire libre
Una banda que tuvo sus orígenes en los años 60 dará un concierto en el escenario al aire libre, y los visitantes podrán retroceder musicalmente a los tiempos del «flower power», «love and peace» y naturalmente el rock and roll, haciendo renacer el espíritu de esa época.
Las estrellas tendrán el apoyo de otros músicos. También actuarán, como artistas de origen regional, «Sweety Glitter and the Sweethearts». Esta banda de Braunschweig no sólo es conocida por hacer un espectáculo magnífico y lleno de emoción, con canciones de los años 70, sino también por su vestuario estridente, coloreado y llamativo y un estilo glamuroso.
Para redondear la experiencia, se podrán hacer pruebas de conducción con productos actuales de Volkswagen Vehículos Comerciales en el recinto cercano del ADAC (Automóvil Club Alemán). Un servicio de lanzaderas llevará a los participantes hasta allí. El domingo, después de desayunar, los Bullys y los invitados se irán marchando a lo largo del día.
Para preparar el encuentro internacional de furgonetas VW, Volkswagen Vehículos Comerciales ha fundado un consejo formado por especialistas en el «Bully». Entre ellos se encuentra el fundador del club de Bullys más importante de Alemania.
Los conductores de VW Bullly que quieran estar presentes en este acto, pueden registrarse a partir del 1 de agosto de 2007 en la página web www.vwn.de. Allí podrán consultar todos los datos sobre el lugar y las posibilidades de aparcamiento y abastecimiento.
II. «Queremos cuidar a nuestro único heredero»
Entrevista con Harald Schomburg, miembro del Comité de Dirección de Volkswagen Vehículos Comerciales
Pregunta:Con el T5 se enlaza con la historia de éxito de la generación de VW Transporter y pueden llegar también, gracias a los nuevos modelos especiales como el Multivan Starline, a un cliente objetivo al que no se llegó en el pasado, como las familias jóvenes. ¿Qué planes tiene para seguir manteniendo a los fans del Bully fieles a la marca (modelos especiales, variantes de equipamiento, etc.)?
En Volkswagen Vehículos Comerciales trabajamos de forma permanente en el desarrollo continuo de nuestros productos y modelos especiales. El Multivan Startline, a un precio ajustado para las familias, es un ejemplo de ello. A partir de otoño habrá un nuevo modelo especial de Multivan con una modernísima instalación de sonido, el Multivan Concert, así como el Multivan Panamericana con una impresionante óptica «todo terreno». Y naturalmente también tenemos ideas respecto al «Bully», así que nuestros clientes pueden estar tranquilos en este Encuentro de Bullys.
Como fabricantes, disponen de un colectivo de compradores muy fieles. Algunos de ellos han acompañado al Bully desde su primera generación. ¿Cómo quiere conseguir unir a las distintas generaciones en este encuentro?
Precisamente esta fiel clientela es el mayor potencial de los vehículos comerciales de Volkswagen. Igual que el escarabajo, el VW Bully se ganó enseguida el cariño de los compradores y hasta la actualidad va acompañada de un halo de simpatía. El amor por el Bully pasa de generación a generación. El encuentro internacional de furgonetas VW es para nosotros el punto de partida hacia una unión aún más estrecha con nuestros clientes. Queremos reunir a conductores de Bully de todas las edades y de todos los países del mundo, y desarrollar de este modo un gran sentimiento de comunidad. Llegar a las personas es lo que está detrás de esta marca y este producto. Estamos unidos a nuestros clientes por un elemento central: ¡El amor por la serie T!
¿Qué visitantes espera recibir?
Esperamos que vengan a Hanover conductores de Bully de toda Alemania y de países europeos vecinos, y posiblemente también de EE.UU. y Australia; y naturalmente también tendremos invitados de Hanover y Wolfsburg y empleados.
¿Por qué se ha decidido por Hanover y no por Wolfsburg, la ciudad donde nació el primer Bully?
Es muy sencillo: queremos unir el pasado y el presente. Hasta 1956, el VW Bus se produjo en Wolfsburg, pero desde entonces y hasta hoy el Transporter y sus derivados se fabrican en su mayor parte en Hanover.
¿Qué es lo que hace realmente que el Bully sea el vehículo elegido por tantas personas de intereses tan dispares?
Porque este vehículo une muchas cosas que ningún otro vehículo puede reunir: El Bully VW es seguro, fiable y cómodo, ofrece mucho espacio y deja espacio para la decoración individual. Y es el vehículo que las personas relacionan, como ningún otro, con la libertad, los viajes y la individualidad. El «Bully» es pura emoción.
En el debate medioambiental actual también se habla de los nuevos conceptos de propulsión. ¿Qué tienen previsto para el T5, aparte de los conocidos motores de gasolina y diesel?
Volkswagen Vehículos Comerciales dispone de una gama de modelos que produce una cantidad reducida de CO2 por pasajero. Esto es gracias a los motores diesel modernos, que disponen de un filtro de partículas diesel. Además, la división de vehículos comerciales de VW trabaja en diferentes conceptos para conseguir una mayor reducción de las emisiones de CO2.
¿Qué papel desempeñarán en el futuro los músicos y los deportistas en el marketing del T5?
La música y el deporte son temas importantes para Volkswagen Vehículos Comerciales, y lo han sido durante toda su historia. Casi todos los surfistas, por ejemplo, conducen microbuses VW, y el Bully siempre ha sido el acompañante más fiel de las bandas de música. Hoy en día utilizan esta Multivan como medio de transporte tanto iconos del surf como estrellas de la música como Robbie Williams, Chris de Burgh o los Red Hot Chili Peppers. Generar una mayor carga emocional para la marca es el objetivo de los próximos años. Queremos adquirir un aire más fresco.
¿Tiene planes de continuar celebrando un encuentro internacional de Bullys, quizá ya el año que viene?
Todo es posible. Veremos cuál es el éxito del evento y en función de la reacción de nuestros clientes decidiremos cómo proseguir. Lo que está claro es que seguiremos utilizando de forma intensa el tema del «Bully» y lo haremos renacer con muchas acciones, ahora y en el futuro. La marca de Volkswagen Vehículos Comerciales tiene un heredero. Queremos cuidarlo y seguir desarrollándolo conjuntamente con los clientes y los empleados.
III. De «Bus» y «Lieferwagen» (camioneta) nace el término «Bully»
El Volkswagen Transporter no pasó por un desarrollo automovilístico en el sentido actual del término hasta que su anguloso prototipo hubo superado los problemas iniciales de conducción en 1947. Fue por necesidad, y no porque en los mercados automovilísticos europeos de la posguerra de repente se hubiera producido un gigantesco boom de la demanda de automóviles multifuncionales y prácticos. La T1 se hizo para dar respuesta a unas necesidades muy concretas, de la forma más con pragmática posible, y gracias a ingenieros y técnicos de gran destreza y con un gran talento para improvisar y buscar soluciones. Y se convertiría en seguida en un objeto de culto, aunque no naciera con este objetivo. La T1 marcaría una época y revolucionaría el concepto de movilidad.
Las siguientes generaciones de Transporter, de la T2 a la T5, ya se probaron en un departamento de desarrollo, algo así como un cuarto para niños en cuanto a la técnica automovilística. Algo único, como tantas cosas del Volkswagen Transporter.
El vehículo de planchas, que era la denominación interna dada al vehículo inicial que se utilizaba en la fábrica de Volkswagen en Wolfsburg para el transporte de cargas pesadas, fue lo que dio la idea – a Ben Pon, vendedor de vehículos e importador de Volkswagen en los Países Bajos. A Ben Pon le entusiasmaba la idea de que los operarios de la fábrica hubieran transformado un utilitario móvil: con los ejes y la transmisión del «Escarabajo», un banco para el conductor sobre el motor de 25 CV situado en la parte trasera del vehículo, y una plancha vertical para separar la parte del motor de la superficie de carga. Una construcción aventurada, caprichosa, claramente primitiva, pero muy práctica.
Ben Pon intentó conseguir un certificado de aptitud técnica para este vehículo de planchas en los Países Bajos, pero no lo consiguió. En su segundo intento, se preparó con un croquis hecho a mano para las autoridades. Se puede ver claramente la silueta de un T1, con todas sus particularidades técnicas. Dirección delantera, motor en la parte trasera, y en medio una superficie de carga plana. A este modelo, muy polémico, le siguió en 1948 un encargo de desarrollo de Heinrich Nordhoff, que desde las ruinas de la fábrica de Wolfsburg dirigía los talentos de Volkswagen.
Al cabo de medio año ya estaba listo para circular el primer ejemplar del Tipo 29, que era la denominación interna del primer Transporter fabricado con la técnica del escarabajo y del Kübelwagen. Pero no por mucho tiempo.
El programa de pruebas no se pudo llevar a cabo según lo previsto porque el chasis, que iba bien para el escarabajo, no era suficiente para el Tipo 29. La falta de resistencia a la torsión del chasis y la carrocería convertían cada curva en una aventura con una salida incierta.
En la siguiente fase de pruebas, la construcción autoportante de la estructura se erige como la opción correcta. Las piezas del mecanismo de traslación se dimensionan de forma más estable respecto a la técnica del escarabajo, y proporcionan al Transporter el nivel deseado de seguridad activa.
En la primavera de 1950 empezaron a salir los primeros Transporter de la planta de producción de Wolfsburg: accionados por un motor Boxer de 25 CV, robusto, refrigerado por aire, estaba situado en la parte posterior. Manejable, práctico, versátil, sin pretensiones y capaz de alcanzar una velocidad de casi 100 km/h. En la carretera, no ocupaba mucho más espacio que un escarabajo y además presentaba un perfil muy atractivo para los puestos de verduras y los terrenos de obras. En poco tiempo se convertía en un automóvil con alguna característica propia de una cómoda limusina: cómodo, en dos colores, con capota corrediza, mucho cromo y brillo. Todo esto es lo que ofrece el Samba Bus, que se presentó en 1951 y se convirtió en la estrella indiscutible de la gama de Transporter.
En ese moemtno el Transporter pasó a llamarse Tipo 2 – y no Tipo 29 – en la nomenclatura interna de fábrica. En el mercado sería simplemente la furgoneta de VW. El sobrenombre no podía registrarse en ningún documento de ventas. Bully, que es como se denominó familiarmente desde el principio, no podía convertirse en el nombre oficial porque la empresa de tractores Lanz de Mannheim ya había registrado el nombre. Pero esto no importó al lenguaje popular. Un VW Transporter, una furgoneta o un microbús era un Bully; así es como la llamaba la gente. Porque tenía un aspecto robusto, atlético («Bullyg» en alemán), y porque era apta como microbús y como furgoneta. Así pues, se fusionaron las dos primeras letras de su denominación: Bu-Li (Bu de «Bus» y «Li» de «Lieferwagen», «camioneta» en alemán). Y para simplificarlo aún más, el guión se sustituyó por otra «l». Y así es como, hoy en día, explican la historia de este vehículo los admiradores más incondicionales del Bully, que se erigió como el motor clásico del milagro económico alemán tras la última gran guerra.
IV. La Campingbox: El vehículo ideal de los años 50
La «Campingbox» de 1951 tenía un aspecto realmente chic: Éste era el equipamiento original del VW Bully, creado por Westfalia en Wiedenbrück para ofrecer una gran libertad de movimiento a un oficial británico en Alemania. Su encargo era sencillo: quería un VW Transporter con las comodidades de una casa. Quería que el Bully se transformara de forma que pudiera servir como espacio para dormir, vivir y trabajar. En aquella época esto era una idea descabellada.
El proyecto se puso en marcha. En un Bully se colocó una puerta doble entre los pilares B y C, y detrás de los asientos delanteros se instaló un mobiliario y una decoración que podía variar según el estilo del dueño, y más adelante también de acuerdo con el gusto de la señora de la casa. Por ejemplo, bonitas cortinillas con una elegante ondulación y a juego con el interior del vehículo. Un sofá cama, una mesa plegable, un banco, un armario con puerta corredera y una unidad lateral con un compartimiento para una cocina de gas completan el interior del VW Bully.
Con este equipamiento, la Campingbox se convirtió en el vehículo ideal de los años 50, dado que ofrecía múltiples capacidades, algo muy solicitado en aquellos tiempos en casi todas las zonas en paz: útil como hotel sobre ruedas, en un viaje hacia la nostalgia junto al siguiente lago, hacia Grömitz, Garmisch o Rimini. O, como la mayoría de los Bullys, utilizándose como microbús de transporte incansable y ágil, contribuyendo a la transformación de la joven república mediante la artesanía y el comercio. La Campingbox se podía desprender de su aire de ómnibus con unos pocos arreglos bien hechos, y dejaba el espacio entre el motor y los asientos delanteros libre para cualquier otro uso.
Al principio, al Bully con Campingbox ciertamente no se le podía augurar un gran éxito de mercado. No eran tiempos de ocio. El trabajo duro y la falta de dinero caracterizaron la fase inicial del período de prosperidad de este país.
Sin embargo, poco a poco se fue animando el ritmo de producción y cada vez había más personas interesadas y dispuestas a pagar, además del precio básico de un microbús, de unos 6.000 marcos, casi 600 marcos más por la unidad lateral del Campingbox, por ejemplo; o 125 marcos por un ropero. Por 62,50 marcos se colocaba el lavabo, que se sujetaba a la doble puerta de batientes.
La primera fase de desarrollo del Campingbox de 1955 se llamó «Export». Era fácil de reconocer por la trampilla de la parte delantera del techo y por un portaequipajes estable en la parte trasera. Durante diez años la Campingbox se mantuvo en el programa, con un equipamiento que se iba mejorando cada vez más, llegando a tener un hornillo de gas en la unidad lateral. Y como expresión francamente decadente de un nuevo bienestar, se podía llegar a pedir una nevera termoeléctrica BordBar con tapa de Plexiglás. El volumen de suministro de este minibar móvil, sujeto sobre una mesa para servir, incluía diez vasos de cóctel.
En 1957 Volkswagen asume la dirección del montaje completo del vehículo para camping de VW con equipamiento de Westfalia, y sólo dos años después ya se había producido el vehículo número 1.000. A principios de los años 60 Volkswagen produce diez vehículos de camping al día.
Muchos compradores habían apartado la idea de poseer un microbús de camping debido a la situación económica hasta que el «Mosaik» revolucionó el mercado. Se trataba de un programa de mobiliario para aficionados al bricolaje, que podían equipar un Bully de ocasión a su gusto y de este modo ahorrar dinero.
En la parte trasera del Bully, además, se produjo una explosión de prestaciones: se equipaba con 34 CV en vez de los 25 existentes hasta el momento, y también se ofrecía el vehículo de 1.500 con 42 CV que hacían que este «hotel sobre ruedas» fuera capaz de alcanzar una velocidad máxima de más de 100 km/h.
Lo que aquí era un fenómeno que empezaba a ponerse en marcha lentamente, en EE.UU. ya hacía tiempo que iba a toda velocidad: en 1976 ya se habían vendido 15.000 microbuses de camping de la primera generación. Pero también en Alemania aumentó la demanda. En vez de las diez unidades al día de 1960, en 1967 ya salían 70 vehículos de camping de VW de la cadena de producción a la carretera.
El Camper de Volkswagen era la estrella de momento. Prácticamente no había ningún experto del camping que no se enfrentara al reto de montar un interior óptimo. En su mayoría son las diferentes variaciones del techo el detalle exterior que daba pistas sobre el diseño óptimo del espacio interior.
Con el paso del tiempo cada vez nos alejamos más del inicio de esta historia de éxito, cuyo primer capítulo lo escribió un oficial británico. En la expresión actual de la Multivan y la California, es totalmente desacertado utilizar la denominación «automóvil de camping». El confort y hasta el más puro lujo son la prueba del lapso de tiempo que separa estos dos automóviles – que han evolucionado hasta conseguir una potencia de motor máxima de hasta 204 CV.
El VW Bully como motor de la economía
El milagro económico alemán no se puede desvincular de dos nombres: Ludwig Erhard, Ministro de Economía del consejo de ministros de Konrad Adenauer, el primer canciller de la República Federal de Alemania y, en segundo lugar, VW Bully, automóvil útil para todo con genes de escarabajo, el vehículo para cualquier ocasión. Especialmente para la fase dinámica de la reconstrucción de principios de los años 50, que casi sin pasar por ninguna transición supera la depresión de la posguerra y borra con vehemencia las espantosas huellas del pasado reciente.
El VW Bully es el compañero ideal para todos los mayores de 18 años que tienen permiso de conducir y lo ven como símbolo y ejemplo de los beneficios que pueden tener los ciudadanos honrados que trabajan con empeño. Se necesitan tipos que tengan agarre, que no sean remilgados sino fiables, es decir, Bullys.
Sin el Bully no se hubiera podido mantener la velocidad del período de prosperidad durante dos décadas. Sus dimensiones y su predisposición inmediata a ir por caminos aparentemente sin salida, han contribuido a crear su imagen de indestructible: un Bully siempre llega, quizás un par de minutos tarde, pero siempre nos lleva a nuestro destino.
Y todos han confiado en este excepcional tipo: correos, la policía, el ferrocarril. Para los ferroviarios, el Bully iba equipado con un chasis que le permitía funcionar sobre raíles. Los bomberos, las ambulancias, los servicios auxiliares, todos han exigido al Bully lo inexigible, lo han sobrecargado, han gastado el embrague, han quemado los frenos, han puesto trabas a los motores, pero el Bully lo ha resistido todo, ha maniobrado hasta la posición de un vehículo que todo lo aguanta y prácticamente no ha dejado espacio a la competencia.
Naturalmente, en la publicidad está a la sombra del escarabajo, pero sus capacidades especiales se articulan por completo. Por ejemplo, en un anuncio del periódico que muestra a los protagonistas con una luz azul delante de la casa del parque de bomberos de Barmbek y junto a un equipo de ocho bomberos listos para actuar: «Quien tiene una urgencia, prefiere ir en el Transporter. Lo que vale para los bomberos, vale también para el resto de sectores en los que siempre hay urgencias. Apenas hay ningún vehículo de una tonelada que avance de forma tan ágil y veloz, incluso entre el tráfico más denso de la gran ciudad. Y prácticamente no hay ningún vehículo de una tonelada que lo haga con la fiabilidad del Volkswagen Transporter.»
La variabilidad del Bully hace surgir un nuevo sector: la decoración interior de los automóviles. Primero son arreglos hechos por uno mismo, y más tarde ajustes cada vez más sofisticados y precisos, para adecuarse a los diferentes usos. El más sencillo es el diseño con una estantería de madera de tres a cuatro estantes en Bullys utilizados por panaderías.
También hay Bullys en forma de neveras sobre ruedas, a modo de stands de ventas para los vendedores que viajan. Llevan alimentos, artículos de mercería y juguetes a las poblaciones más apartadas, así como los artículos de más novedosos o para peluquerías, por ejemplo.
También hay lugares en los que a los Bullys sin permiso de circulación, sin embargo si se les permitía circular por debajo de la superficie. En los lugares de donde se extraía sal tras la guerra, el Bully se utilizó como una especie de chica para todo: como transporte de personas, mula de carga, locomotora de vagonetas o vehículo de cantina. Con el uso continuado, los Bullys impregnados de sal adquirieron formas llamativas que nunca se habrían producido bajo la luz del día. Se quitaron las puertas, que se sustituyeron por cadenas, y se desmontaron los cristales para aprovechar, cuando menos, el débil viento que se producía durante la marcha en las sofocantes profundidades.
Con el paso del tiempo, los Bullys pudieron respirar más aire y ver más luz. Estas furgonetas son una realidad, pero también transportan ilusiones a todos los lugares donde aún no hay cines. «Heidi» o «El guardabosque del monte de Plata» («Der Förster vom Silberwald») son los éxitos de este período de prosperidad, y el Bully consigue que se puedan ver hasta en el último recodo de esta república floreciente. Así pues, el Bully no sólo es un motor de la economía, sino que también es un transportista de tiempos mejores.
V. Dieter y Juliana Kreutzkamp: dos veces la vuelta al mundo con el VW Bully
Han hecho algo con lo que otros sólo pueden soñar durante toda su vida: dieron dos veces la vuelta al mundo, condujeron hasta la India, atravesaron Australia, fueron a caballo y en coche por Nueva Zelanda, en trineos de perros por Alaska y en canoa por los ríos más grandes del mundo. Dieter Kreutzkamp y su mujer Juliana forman parte, desde hace 30 años, del exclusivo grupo de verdaderos trotamundos. Hicieron su primer gran viaje en 1973 por el Continente Indio. Su vehículo: una furgoneta VW.
Desde entonces, en sus viajes esta pareja siempre ha confiado en los Bullys con el logo VW. Kreutzkamp y su mujer tienen una relación muy estrecha con todas las series del Bully. En 1971 compraron su primer Bully T1. Les costó 5.500 marcos, como recuerda Kreutzkamp, y todos sus amigos le dijeron: «¡Estás loco!». Pero el Bully resultó ser la mejor inversión que podía hacer en ese momento. «Para mí, el T1 fue la llave que me abría la puerta al mundo», afirma el autor del libro echando la vista atrás. El antiguo T1, que en la familia siguen llamando «Matusalén», le llevó a recorrer 200.000 kilómetros por todo el mundo junto a su mujer. «Hacia la India, por África, siempre fiable y fiel», Kreutzkamp saborea sus recuerdos. Al final tuvieron que regalar el microbús a un oficial de aduanas de Nepal para conseguir un sello. Sólo es una de las muchas historias que los Kreutzkamp se han traído consigo a su casa de Bad Münder.
Kreutzkamp tiene mucho que agradecer a sus automóviles, y no es de extrañar que diga que tiene una relación con los vehículos que va más allá de la técnica pura. Los automóviles siempre han formado parte de la familia, y por ello no sólo la T1, sino también la T2 que tuvieron después, recibió su propio nombre: Estanislao. La T4, con la que viajaron a Australia, recibió el nombre de un ave autóctona, «Kookaburra».
Esta pareja originaria de Hanover ha visto más de 100 países del mundo, y los viajes han sido algo cotidiano para ellos. Dicen que cuanto más veían, más se daban cuenta de todo lo que aún no habían visto. Por ello, él y su mujer Juliana seguían viajando. Tenían mucho ante sí.
«Vuelta al mundo – en 4300 días de viaje por los 5 continentes» Editorial Frederking & Thaler
VI. Romy Schurhammer: una mujer valiente, un microbús VW y un viaje de aventura a la India
Hace casi 50 años vivió una sensación muy auténtica: en 1959 la periodista Romy Schurhammer, que entonces tenía 21 años, viajó totalmente sola hasta la India con un VW Bully. Algo inconcebible y audaz para la época. El año que viene tiene previsto repetir este viaje siguiendo las huellas del pasado, pero esta vez en un Volkswagen California nuevo.
Nadie sabe cómo habría acabado esta historia si Romy Schurhammer no hubiera tenido a mano su pequeño amuleto. Una mujer joven y elegante, sola de viaje por Afganistán, rodeada de hombres en un salón de té tradicional. Al líder espiritual del lugar no le gustó su presencia e hizo serios reproches a la periodista alemana. Una edición en miniatura del Corán, del tamaño de la uña del pulgar y engastada en un cofrecillo dorado, consiguió calmar al mullah. Romy Schurhammer pudo continuar su aventura y, afortunadamente, acabarla unos meses más tarde.
Esta periodista de 21 años viajó por su cuenta por todo el mundo durante casi un año. La ruta llevó a esta mujer desde Alemania a Yugoslavia, Irán, y desde allí a Afganistán, la India, Tailandia, Vietnam, Laos y Japón. En 1959, esta hija de un comercial recorrió unos 14.000 kilómetros en su Bully VW de segunda mano, al que cariñosamente había bautizado como «Nepomuk» («Nepomuceno»), en honor al patrón de los puentes. La historia de su viaje se publicó con el título «Guten Tag, Pazifik» («Buenos días, Pacífico»), y se convirtió en lectura obligada para todos los que años más tarde la siguieron en el denominado «hippie trail» hacia la India.
En 2008, Romy Schurhammer tiene previsto volver a salir de viaje. Schurhammer tiene ahora 70 años, vive en la Alta Baviera y es escritora. Es el intento de realizar un viaje por el propio pasado. Volver a los lugares del recuerdo, en busca de personas que una vez se cruzaron en su camino. Pero esta vez Schurhammer no viajará sola. Le acompañará su marido, Alexander Gratschjow, con el que lleva casada cuatro años. Para su siguiente viaje, Romy Schurhammer y su marido dispondrán de un vehículo camper, el California, muy cómodo en comparación con el microbús anterior. Schurhammer vendió su «Nepomuk» de 30 CV, con una cama de madera hecha por ella misma, en Laos.
En esta ciudad del Norte de la India, Romy Schurhammer espera reencontrarse con un antiguo amigo, el Dalai Lama. «El contacto establecido en 1959 nunca se ha roto con los años», explica Romy Schurhammer. En 1959, la joven periodista alemana hacía crónicas para la revista de su ciudad, «Badische Neueste Nachrichten» desde el exilio del Dalai Lama. Durante su viaje, Schurhammer había oído hablar de la huída de este líder religioso y decidió dirigirse al Norte de la India con su Nepomuk. Fue una suerte. En el ambiente del Dalai Lama conoció a personalidades como el investigador del Tibet Heinrich Harrer y el Primer Ministro de la India, Pandit Nehru.
Con los años, Romy Schurhammer asegura que nunca ha perdido las ganas de aventura. El «grande y amplio mundo», viajar, es algo que la ha estimulado siempre y que la ha mantenido joven incluso hasta hoy. Y hay otro motivo por el que quiere hacer este viaje, no exento de dificultades, en 2008. «En aquella época hice el viaje sola. Las dificultades se pueden superar muy bien cuando se está sola. Pero en los momentos bonitos se siente la soledad. Quería volver a vivir esos momentos bonitos, pero al lado del hombre al que amo.»
VII. Bully, tabla y bíceps: el VW Bus también es un vehículo de culto para los surfistas
El VW Bully Surfer llega con completa fiabilidad a cualquier lugar del mundo, y es un símbolo de libertad e independencia, tanto antes como ahora. La imagen de un VW Bully con tablas de surf en el techo no se puede borrar de las carreteras del mundo. Gracias a su gran amplitud, el Bus ofrece tanto espacio para la tabla como para la cama, y gracias a ello se convierte en un vehículo ideal para los que no disponen de grandes presupuestos. Los surfistas aparcan su hogar móvil directamente junto a la playa, con vistas al mar, de forma que pueden comprobar cómodamente el estado de las olas y estar siempre listos para su siguiente salida al mar. Mientras muchos surfistas aún viajan con los modelos T2, T3 o T4, otros ya utilizan el modelo actual, el California Beach.
«Hay pocos momentos mejores que el de levantarse, abrir las cortinas y ver el oleaje sobre una playa solitaria, especialmente para un surfista. La alegría es total cuando puedes disfrutar de una furgoneta VW Camper aprovechada y completamente equipada. […] El interior de la VW Camper se restauró siguiendo fielmente el original […] El cómodo espacio interior de un VW clásico lo tiene todo», dice Alf Alderson, surfista y fan del Bully (fuente: www.guardian.co.uk, 2004: «Breaking points»).
La serie T y el surf han sido inseparables desde sus inicios, comenzando juntos su marcha triunfal ya en los años 50. Simultáneamente al inicio de la producción en serie del VW Bully en el año 1950, se inició también la legendaria «era del longboard» en California, y los primeros fans del Bully y surfistas aterrizaron en Hawai. Cada vez les siguieron más aficionados a este deporte, y no dejaron de surgir clubs de surf en las mejores playas de toda América. Al principio sólo lo practicaban unos cuantos «gamberros» de esta cultura alternativa, que veían el surf como un modo de huir de la sociedad y de rebelarse contra ella. Fue más adelante, en los años 60, cuando progresó hasta convertirse en un deporte de moda. Se puede decir que a partir de una actividad de ocio de un puñado de chiflados surgió, de la noche a la mañana, una industria gigantesca. La publicidad descubrió y escenificó este nuevo tipo de deporte: con imágenes de chicos morenos y musculosos y chicas con provocativos bikinis, se equiparó con el sexo y la fama.
Por último, el éxito de los «Beach Boys» extendió el concepto del surf en Europa y en todo el mundo. «The Endless Summer», un documental de culto de aquellos días, sigue a dos jóvenes surfistas americanos en busca de la ola perfecta por todo el continente. Un fiel Bully acompaña a los surfistas en su interminable viaje hacia la siguiente subida de adrenalina. «Ningún camino se escapa a un VW», dice un fan del foro de los surfistas. (Fuente: http://www.soul-surfers.de). El VW Bully es y sigue siendo, el automóvil perfecto para el surf.
Por algo será que leyendas del surf como Brian Talma, de las Barbados, y profesionales como Björn Dunkerbeck, Klaas Voget y Normen Günzlein son tan fans del VW Bus como la marca de surf Chiemsee, con la que Volkswagen Vehículos Comerciales trabaja estrechamente. Volkswagen Vehículos Comerciales también apoya el Multivan Surf Festival anual que se celebra en Fehmarn.
VIII. Las estrellas del momento viajan en la Multivan
Desde el cantante Robbie Williams, o la banda estadounidense Red Hot Chili Peppers, hasta el actor Will Smith: siempre que hay alguna celebridad internacional de viaje por Europa, la Multivan no suele estar lejos.
Esta espaciosa limusina se está convirtiendo cada vez más en el vehículo preferido de las estrellas. Después de que Robbie Williams y su banda viajaran en 14 elegantes Multivans plateadas durante su gira mundial del año pasado, la admiración de los artistas por la versión actual del microbús VW no deja de crecer.
Actualmente, también Chris de Burgh va de gira con las sucesoras del Bully, el actor Peter Lohmeyer la utiliza para ir a esquiar en sus vacaciones, su colega Jürgen Tarrach para ir de vacaciones a Italia, y la cantante Beyoncé prefiere la Multivan para sus compromisos en Alemania antes que cualquier otro tipo de vehículo.
Durante el Festival Internacional de Berlín de este año, artistas como Barbara Schöneberger pisaron la alfombra roja situada delante del Filmpalast después de bajar de su Multivan Business. Todo esto no ha pasado desapercibido para los medios. La revista «Max» confirió a la versión de lujo de la Multivan, la Multivan Business, la mención de «vehículo de las estrellas internacionales con el factor máximo de prominencia.»
No es de extrañar, porque en la Multivan las celebridades tienen mucho más espacio que en cualquier otra limusina. El equipaje, los instrumentos y todo lo demás cabe en el maletero, y gracias a los asientos para un total de siete personas las estrellas tienen espacio suficiente para los managers o amigos que les acompañan.
Así, la Multivan se convierte también en una oficina sobre ruedas. En el modelo Business, por ejemplo, a parte de una mesa extensible que puede utilizarse tanto para maquillarse como para trabajar con un portátil, también se incluye un fax y un reproductor de DVD. El minibar no puede faltar, y en el Multivan Concert los músicos pueden oír sus propias canciones con un sonido nítido y excelente.
Y el número de estrellas que viajan en la Multivan no para de crecer. En otoño habrá otras tres célebres bandas que viajarán en Volkswagen. Entre ellos, la nueva formación adolescente US5, a los que ya se considera sucesores de los legendarios Backstreet Boys. El Bully como el vehículo representativo de un estilo de vida: donde quiera que vaya, siempre da buena imagen.
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